Episode Transcript
[00:00:01] Speaker A: Entonces, en primer lugar, buenos días a todos, a todos los que se encuentran aquí presentes en Salamanca, así como también a los que se encuentran en la Universidad de Génova, a la profesora Simona Langella. Buenos días. Buenos días, Simona.
[00:00:19] Speaker B: Buenos días, Mari Carmen.
Buenos días.
[00:00:24] Speaker A: Entonces, bueno, pues es para mí una satisfacción el poder intervenir en el día de hoy acerca de este tema sobre el Día Mundial de la Filosofía y voy a presentar algunas reflexiones con un carácter abierto, reflexiones incompletas, desde luego, podrían ser otras y también muchas más, pero en fin, con el objetivo principal de de centrar la atención.
¿Se me ve aquí?
[00:00:56] Speaker B: Sí, ahora sí.
[00:00:58] Speaker A: Ahora sí.
[00:00:59] Speaker B: No, tienes que mirar exactamente como estaba haciendo antes. Por favor, Mari Carmen.
[00:01:05] Speaker A: Ya, pero quiero también que me vean los que se encuentran en la sala.
Este es el asunto. Bien, bueno, entonces, sin más, voy a exponer aquí las reflexiones que me suscita a mí de nuevo este Día Mundial de la Filosofía en este año 2025.
La filosofía es uno de los legados cognoscitivos más valiosos de la humanidad, no solo porque es un patrimonio universal que debe ser difundido de la manera más adecuada posible, sino también porque comprende sabores, saberes y valores para el desarrollo actual y futuro de nuestras comunidades académicas y también de nuestras sociedades, así como para la preservación de lo que es la identidad propia, el sello propio de la filosofía, de su diversidad y de su riqueza cultural.
La educación contemporánea se enfrenta a un desafío sin precedentes, como es el de preparar a los estudiantes para un mundo cada vez más dominado por la tecnología y por la llamada inteligencia artificial.
Esto de inteligencia lo pongo entre comillas.
Este desafío es, desde luego, relevante a la filosofía y la interpela porque, como se sabe, la filosofía tradicionalmente se ha centrado en el pensamiento humanístico.
Pero este pensamiento humanístico, en cada caso y en cada etapa de la historia de la cultura humana, no debe de ser entendido como algo separado de temas no filosóficos y más concretamente, de problemas científicos y técnicos.
Por ello entiendo que el papel de la filosofía, la preservación de su idiosincrasia, así como las posibilidades que sucedió, en fin, de su evolución y de su transformación, no tiene que desdeñar para nada la enseñanza de la filosofía.
Es decir, la salida del nicho académico al que se ha referido a la profesora Pereira en la intervención anterior, pasa por un tipo de enseñanza o por múltiples tipos de enseñanza. No tiene por qué pensarse en la enseñanza, digamos, heterotipada o tradicional, etcétera, sino por diversas maneras de transmitir, es decir, de transmitir al público, a la sociedad adulta y también a las jóvenes generaciones, lo que es la filosofía. Es decir, no se puede pretender tener afición a algo, incluso amarlo, si no se lo conoce de alguna manera.
Y en este sentido, en el que uso en esta locución, saldrá más adelante el término enseñanza. No quiero que se piense en una enseñanza, digamos, necesariamente reglada, aunque alguna regla tiene que haber, por ejemplo, reunirnos a una hora determinada para hablar de esto hoy, sino en una enseñanza de carácter abierto, poliforme o multiforme. En todo caso, entonces, la enseñanza de la filosofía es una responsabilidad primordial de las instituciones educativas, ya que es la filosofía y tiene por misión el contribuir epistémica y axiológicamente a la consolidación y al fortalecimiento de los valores propios de nuestra sociedad actual.
Aquí quiero incidir en el tema de la actualidad.
A mi modo de ver, la filosofía, aunque no sea exclusivamente tarea de ella, también se podría hablar de otras ramas, la literatura, la poesía, en fin. Ciertamente, a mi modo de ver, como digo, la filosofía favorece la pluralidad de pensamiento, la libertad de expresión, el diálogo argumentado y el respeto a las diferencias ideológicas, personales y culturales. En este sentido, la filosofía se puede entender como una plataforma o como un ámbito de tolerancia, sin duda ninguna, desde su nacimiento, luego hablaré más concretamente de ello.
La filosofía tiene una vocación cosmopolita, Ayer hablábamos del cosmopolitismo.
Pues una vocación cosmopolita y genuinamente universal es la de este saber filosófico que apela, digamos, al menos programáticamente, apela a toda la humanidad, en tanto en cuanto su contenido pasa por reflexionar sobre problemas que son comunes a diferentes culturas, hasta cierto punto al menos, problemas de la vida, con los cuales se enfrentan todas las personas y todos los grupos humanos, las instituciones también, incluso, como hablábamos ayer, como hablaba ayer el profesor Campillo, también todas las naciones hablamos de antropoceno en términos de Estado, por ejemplo.
Además, entiendo, como filósofa, que los conceptos y las teorías filosóficas pueden contribuir a mejorar la vida personal y la convivencia social.
No creo que los conceptos sean clichés estereotipados, ni tengan que serlo tampoco.
Me parece que a través de los conceptos filosóficos, que por supuesto son conceptos fluidos, como dijo alguien en su momento, se puede ampliar el conocimiento y la valoración primero de nuestra situación actual, pero también de las situaciones del pasado, de las cuales, en fin, de alguna manera hemos de comprender y de entender algo para mejorarlo en su caso, y también para promover mayores cotas de solidaridad y de convivencia, no solamente entre los seres humanos y entre las sociedades humanas, sino también por lo que se refiere a la condición del ser humano, que es la de habitar un mundo y, por lo tanto, relacionarse con seres no humanos. Ciertamente, como catedrática de Filosofía de la Universidad de Salamanca en las materias principales de Metafísica y Teoría del conocimiento, estimo que el conocimiento de la filosofía es una necesidad para la formación cultural de las jóvenes generaciones, necesidad que debe ser respetada y atendida por los sistemas públicos de educación.
Entiendo, además, que la enseñanza de la filosofía debe formar parte de todos los niveles educativos y sobre todo de la enseñanza llamada secundaria, que no es en absoluto secundaria, es muy principal, y también de la enseñanza superior.
La filosofía constituye, pues, un conocimiento insustituible y no intercambiable por otros saberes científicos, culturales, incluso religiosos, porque la filosofía tiene unas características fundamentales que le permiten examinar y cuestionar temas que se refieren al sentido de la vida, a nuestra configuración como seres humanos, cuya naturaleza no es algo perpetuo y monolítico, sino también cambiante y transformante, y también transformable, ciertamente, así como su visión de la historia y de la naturaleza.
Por lo que se refiere a la filosofía contemporánea, quisiera subrayar que se caracteriza, entre otras cosas, por ser independiente con respecto a, quizá, una situación que nos remite al pasado con respecto a ciertas posiciones ideológicas de una naturaleza o de otra. Desde luego que la filosofía tiene un pasado y tiene una historia y tiene una tradición, pero no es menos cierto que ella no da la espalda a las nuevas condiciones de la vida actual y no da la espalda desde su propia índole, es decir, que tiene su propia característica que se diferencia de los demás ámbitos científicos y que, independientemente de las nuevas formas de hacer filosofía que podemos registrar en los últimos tiempos, mantiene su vocación original de ser una indagación abierta y de tener una especie de hálito o de impulso interior, que es lo que tradicionalmente se ha llamado amor por el saber.
Pero yo entiendo que el amor es algo que tiene mucha actualidad. Por lo tanto, lo repito, lo repito, por eso es además una instancia, la filosofía de conocimiento crítico que evalúa la posibilidad misma de los seres humanos para conocer y para valorar su propia identidad, tanto como individuos como también en su condición de formar parte de diversos grupos humanos o culturales.
Por ello la filosofía sigue siendo un saber crucial para el autoconocimiento del ser humano y también de la humanidad y de sus problemas.
No es la filosofía una cosa del pasado, sino un saber que reflexiona sobre las muchas preguntas que se nos plantean y para las cuales la filosofía tiene una serie de respuestas, pero siempre serán más las preguntas que las respuestas, ciertamente.
Hay que tener en cuenta además que el valor de la filosofía no solamente es cosa que reconozcan los filósofos, es decir, aunque se tenga la idea de este nicho cerrado, en realidad la filosofía procede de una manera abierta, multiforme y de cara a la sociedad no es necesario apelar a instituciones culturales como la UNESCO, aunque también la UNESCO reconoce a la filosofía como un patrimonio universal y fundamental para el desarrollo del pensamiento, ciertamente, pero lo tenemos, por así decirlo, delante de los acontecimientos más o menos importantes que ocurren dentro de de nuestro entorno.
Por ejemplo, en el caso de España, recientemente unos premios muy consolidados y de carácter internacional, como son los premios de la Fundación Princesa de Esturias, pues han otorgado el premio de Comunicación y Humanidades a un filósofo.
Me interesa mencionar este detalle sobre sobre todo por lo que significa, lo que significa que la filosofía también está presente y se codea con otros premios de esa misma fundación que tiene que ver con la ciencia, con la medicina, etc.
Es decir que podríamos decir lo siguiente Hay, a mi modo de ver, una necesidad de la filosofía, se dice, en fin, hay un filósofo que lo ha dicho ciertamente de una manera muy clara, pero no es único, que la necesidad de la filosofía nace cuando la vida humana, la vida social, la vida política, pierde su cohesión interna.
Yo creo que estamos en un tiempo, un tiempo de singularidad, como se veía ayer, en donde la cohesión interna de los grupos humanos parece que no es suficientemente estable.
Y en ese sentido creo que la filosofía, no como pegamento de los conflictos, sino como escuela de libertad, es un ámbito de pensamiento en el cual podemos, por así decirlo, reconocernos todos o deberíamos poder reconocerlos todos de alguna manera.
Decía Octavio Paz que el amor existe cuando dos personas se miran y se reconocen. En este sentido es en el que hablo del reconocernos a través de una actividad filosófica, sea por ejemplo la de este congreso u otra.
Pues bien, Entiendo que la filosofía también es fundamental y en esto del reconocimiento tiene algo que ver lo que voy a decir es fundamental para el conocimiento y el entendimiento mutuo, sobre todo entre diversas culturas y entre diversas lenguas y diversos cuerpos.
No sé si la filosofía puede ser muy eficaz para promover la paz que tanta falta nos hace a nivel mundial, pero sí que me gustaría pensar que, al menos como propósito interno, como hálito de impulso de su actividad como pensamiento, creo que no es algo ajeno a ella, como tampoco es ajena la filosofía a las condiciones sociopolíticas y socioculturales actuales. Por ejemplo, ayer se hablaba de la crisis ecológica global que padecemos.
Entiendo que la defensa por parte de la filosofía de los valores de la libertad y de la justicia puede tener algo que ver. Si se entiende también la justicia, no solamente en el ámbito del derecho subjetivo humano, sino de un derecho más objetivo y más amplio, podríamos entender también un papel positivo en este caso.
Por último, aunque ya voy terminando, la filosofía contribuye a equilibrar la vida social, permitiendo una convivencia con ciertos niveles de tolerancia, al menos entre distintas formas de pensamiento.
Está claro que la filosofía occidental nació en la antigua Grecia y que se extendió a toda Europa y al resto del mundo mediante la expansión de la cultura europea en otros continentes.
A este respecto quiero recordar algo completamente sabido por todos, que la llamada filosofía occidental nació como filosofía de la ciudad, como filosofía de la polis, como filosofía que se discutía y se defendía en el ágora.
Por lo tanto, en fin, también pensando en la conferencia plenaria de esta mañana, quizá sea el momento de recuperar esta raigambre de la filosofía dentro del contexto de las ciudades actuales, que son naturalmente en las que vivimos.
Y no solamente eso, la filosofía occidental no es la única filosofía posible.
Todos sabemos que hay otras filosofías, otras formas de pensamiento, y en ese sentido entiendo que la filosofía en general, sea desde el Oriente o sea desde el Occidente, posee un potencial de comunicación enorme.
Entiendo que ese potencial de comunicación tiene que ver también con su potencial lingüístico.
Vivimos en una época en que por, en fin, por la hegemonía de un determinado tipo de saber, que es el saber qué saber cosas y cosas acerca de cosas, pues hay en determinadas lenguas, y sobre todo una de ellas que es manifiestamente hegemónica, por así decirlo.
Y en este foro yo quisiera defender la producción de la filosofía en todas las lenguas, en las lenguas europeas, filosofía en Italia, la filosofía en España, la filosofía en lenguas hispanas de Hispanoamérica, cada una con su propia fisonomía, por así decirlo, y naturalmente, en los lenguajes europeos del momento, no solamente tiene que haber una única lengua que sea la lengua franca, por así decirlo, o la lengua del imperio.
Entonces vuelvo al tema de la enseñanza de la filosofía, que, como he dicho al principio, es uno de los vehículos de transmisión de cara al futuro y de cara, naturalmente, a los jóvenes. Es preciso que la enseñanza de la filosofía se mantenga desde un punto de vista curricular, por parte de las instituciones de enseñanza preuniversitaria y universitaria. Es preciso que se mantenga también la defensa del estatuto del filósofo que enseña filosofía, es decir, borrar la idea de que los profesores de filosofía no son filósofos. No veo un profesor de medicina es un médico, entonces un profesor de filosofía es un filósofo. Por eso invierto los términos mantener el estatuto de la profesionalidad de los filósofos que enseñan filosofía.
De tal manera que la filosofía misma no debe ser y no tiene que ser un conocimiento transversal, diluido entre los planes de estudio de esta o aquella naturaleza.
La filosofía tiene sus campos específicos de conocimiento, que no voy a mencionar ahora, no lo estimo necesario. Y en este sentido creo que tiene que formar parte no solamente de los planes de estudios preuniversitarios, que es la manera en cómo lo en la cual los más jóvenes pueden tener noticia de ella, ciertamente, sino también en los planes de estudio de conocimientos que no son necesariamente filosóficos, tanto de las ciencias sociales como también de las ciencias llamadas naturales y de las ciencias tecnológicas.
De otro modo, como ya se dijo a comienzos del siglo XX por algunos filósofos de formación no filosófica, precisamente, de otro modo la enseñanza de las ciencias y de la tecnología se empobrecería, a mi modo de ver, y se reduciría a una transmisión mecánica de conocimientos que carecerían de una reflexión sobre sus propios fundamentos, de una reflexión sobre la responsabilidad con la cual utilizamos los instrumentos tecnológicos de hoy, y también sin una reflexión de su propósito. Y ya termino. Por todo lo anterior, entiendo que la conmemoración del Día Mundial de la Filosofía, que es lo que nos ha convocado hoy, en este momento, tiene que ser también una llamada de atención a las instituciones académicas para preservar y fortalecer su presencia, un esfuerzo por parte de las universidades, en las cuales existe la carrera, la licenciatura, el grado, como lo queramos llamar, de filosofía, de que no sea esto una actividad puramente curricular.
La universidad puede dejar de ser un nicho de cara a la sociedad. Si además de las actividades curriculares tiene otro tipo de actividades que tengan que ver con con planteamientos sociales más amplios, la celebración de este congreso puede ser una de ellas y así digamos, otra, evidentemente. Entonces, finalmente quiero agradecer que se me haya invitado para mencionar estas palabras. Hago votos porque la filosofía se mantenga y sea mantenida por las instituciones académicas oficiales y brindo a todos la idea de que la filosofía es algo que merece la pena leer, no solamente a través del estudio de un currículum universitario, sino que la filosofía, como la poesía, tiene muchas maneras de decirnos algo en cada momento. Gracias.
[00:24:29] Speaker C: Pues esta ha sido la intervención por nuestra parte en este coloquio sobre el Día Mundial de la Filosofía y retomando una idea que ha planteado Mari Carmen, podríamos de hecho entender que creo que la filosofía le corresponde y puede hacerlo y es una de las cosas a la que queremos contribuir con esta red internacional, a recuperar no solo su presencia en los planes de estudio, sino a recuperar su palabra en el ágora. En el ágora, en los lugares públicos donde donde tenemos algo que aportar a la comprensión de la realidad, al menos a la comprensión de nuestro presente tan complejo.
Justamente ahora, después de esta intervención, vamos a tener aquí una sesión de transferencia con estudiantes de Educación Secundaria, que aunque Mari Carmen no le guste el término, es el oficial Secundaria obligatoria, aunque no le guste, vamos a tener una sesión de transferencia en la que van a participar ellos también en torno al tema que estamos trabajando en el Congreso y eso nos sirve también para examinar a los que nos dedicamos a la formación y a la enseñanza filosófica, examinar las perspectivas, las expectativas que tienen ya a estas edades en torno a la reflexión filosófica y a los problemas actuales, lo que nos sirve de mucho para recuperar ese espacio, ese aura y salir de las aulas, pues hacer este tipo de actividades de transferencia.
Es la primera vez que lo hacemos aquí en la Sociedad Castellano Filosofía y también en el contexto de colaboración con la red internacional de formación, Cultura intercambio filosófico que hemos iniciado con este congreso en conjunto con las asociaciones filosóficas.
[00:26:45] Speaker B: Perdonais intervengo para un saludo final porque creo que ya el tiempo se termina aquí para nosotros, para nuestro encuentro de esta mañana.
Quiero agradecer muchísimo a Maricarmen Paredes, a la profesoresa Paredes, que he tenido el honor de tener como profesora mi año de estudio en Salamanca y también como Presidenta del Tribunal de mi tesis doctoral discutida ahora el año pasado allí con vosotros. Mari Carmen, de verdad ha sido un honor hoy sentir sentir tus reflexiones y poder decir que has sintetizado los problemas realmente de la filosofía no solo en España, sino también en nuestro contexto italiano, pero creo realmente en el contexto mundial y también ha llamado la atención por tu parte a nuestro papel y a nuestra responsabilidad hacia la filosofía de esto te lo agradezco personalmente.
Quiero agradecer también a Franco Rainer, al presidente de la Sociedad Castellano Leonesa, que en este momento ha sido liderador de la red y que seguro que tendremos mucho más.
Poder colaborar en este proyecto que tú has querido realmente llevar adelante.
Gracias a los dos y a todos los compañeros que están allí en Salamanca, que no tengo ahora la posibilidad de ver, pero que sé que están allí trabajando con vosotros. Un saludo muy afectuoso y cordial. Bien, buen trabajo a todos.